17 Oct Los dos mayores errores y más comunes al crear un discurso
Hay dos grandes errores que además son los que se cometen más a menudo al hacer presentaciones, charlas o contenidos en vídeo.
El primero es meter mucha información relacionada en el discurso.
A veces, por querer hablar de todo lo que está relacionado con el tema que estás tratando, lo complicas y acaba siendo imposible de recordar. Porque es demasiada información.
Las personas recordamos mucho mejor las conferencias, libros, marcas y personas que se centran siempre en un solo tema, o un solo producto.
A base de repetición es como se consigue posicionar una marca. Pues con una presentación es igual. Debe tener un eje, un hilo conductor, y que sea ese eje el que orqueste todo lo que cuentas.
Si desvías demasiado el tema central, metiendo demasiada información relacionada y yéndote por las ramas, en lugar de aportar más (que será tu buena intención) lo que consigues es saturar con demasiada información.
Eso hará que a tu audiencia le cueste más recordar lo que has dicho. Y que sea difícil quedarse con una idea clara del mensaje que quieres transmitir.
Para lograr transmitir el mensaje que quieres que sea recordado, escoge un enfoque inicial que sirva como ese eje que te permitirá hilar todo tu discurso y cerrarlo de forma clara.
Haz que ir al corazón de las cosas sea el corazón de tu enfoque
Cuando prepares un contenido, al terminar revisa si te has ido por las ramas con información relacionada que acaba haciendo sombra al tema central, el que quieres que quede en la memoria del público.
Y haz el trabajo de simplificar cada mensaje limpiándolo de asuntos que puedes dejar para otro discurso.
Muchas veces, de un guión para un vídeo o un texto para un artículo, salen cuatro más después de ese esfuerzo de limpieza y simplificación.
Segundo gran error: confundir la bienvenida con una autopresentación
La bienvenida con la que se empieza una charla, presentación, o cualquier discurso no tiene que ser una presentación de quien habla. “Soy fulanito y estoy aquí porque…bla bla…”
A menos que por tu fama seas tú mismo el centro de interés, mejor descarta empezar hablando de ti. Quien te escuche lo hará por su interés en el tema que estás tratando.
El principio debe ser el QUÉ. Es decir, el tema principal de tu discurso. como decía, ese enfoque que te sirva como inicio y como hilo conductor de todo el contenido.
Algo que te lo pone fácil es empezar con una anécdota, una metáfora, una pregunta o una cita memorable que desde el principio ponga en contacto al público con el tema del que vas a hablar.
Te ayudará a empezar de una forma llamativa y que a la vez deje claro el tema del que vas a hablar y el enfoque que has querido darle.
Especialmente cuando se trata de hacer una presentación, para que el público recuerde lo que tú quieres que sea recordado, el inicio es lo más importante. Y acabar de forma memorable es lo siguiente más importante.
Usar una cita o una anécdota sirve tanto para empezar como para cerrar una presentación. Puede ser la misma al inicio y al cierre, o estar muy relacionada.
Esta que te propongo a continuación es una forma eficaz de reforzar el mensaje que quieras dejar claro con tu charla:
Empieza con una anécdota, desarrolla cómo te marcó, los aprendizajes que te ha dado, le das contexto… Y para cerrar, vuelve a esa anécdota y destaca la conclusión más importante que aprendiste gracias a ella.
Es decir, recapitula antes de cerrar. Cada vez que expliques algo, recuerda el punto de partida antes de dar conclusiones o terminar.
Resume lo dicho con mensajes clave, cortos y directos para terminar.
También puedes empezar con una frase memorable y volver a ella con el cierre de tu presentación. De esa manera quedará muy claro lo que quieres transmitir, y podrá ser recordado de forma sencilla.
Esta información ampliada, y todo lo que necesitas para crear tus discursos y contenidos con más seguridad, lo comparto en La fórmula completa de la confianza: los 8 grandes errores y cómo evitarlos para transmitir confianza en cada conversación.
17 de octubre de 2023. Tania MTom
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